Mi obra gira en torno a la idea de memoria y a su relación con el presente y el pasado. La memoria en mi obra no es lo ocurrido, sino aquello que nos queda de lo ocurrido, los retales de la historia y sobretodo como los tejemos entre sí. La memoria es por lo tanto una ficción, pero una ficción que contiene realidad y que construye realidad.
La imagen fotográfica es el punto de partida de la mayoría de mis obras, la mayor parte de las veces, imágenes fotográficas de archivo, bien personales (álbumes de familia) o bien oficiales. Estas imágenes son algunos de esos retales, a menudo descontextualizados y mutados en algo muy lejano a lo que fueron en su nacimiento.
Los procesos gráficos que utilizo, desde los más tradicionales como el grabado o el carbón, hasta los más “propios de nuestro tiempo” como la impresión digital, me permiten entablar una conversación con la propia imagen, con su proceso de construcción y la manera en que nos relacionamos con ellas. En la obra gráfica la memoria es parte del proceso y el resultado. Un grabado no es más que un recuerdo de su matriz, igual que lo es una fotografía de la escena que fue fotografiada. En la obra gráfica el proceso de construcción de la imagen se evidencia, facilitándome el cuestionamiento de la propia representación.